Intolerancia a la lactosa, ¿qué es y qué no es?

De manera natural, los mamíferos presentan cantidad suficiente de lactasa durante la lactancia para poder digerir y absorber la lactosa que contiene la leche. Con el paso del tiempo, a medida que el niño va creciendo y consumiendo menos leche, la producción de esta enzima va disminuyendo. Cuando el intestino no segrega lactasa o no lo hace en suficiente cantidad, la consecuencia directa es que este disacárido no puede ser hidrolizado y, por tanto, absorbido. Esta condición es la denominada intolerancia a la lactosa. En términos generales, los adultos y adolescentes con intolerancia pueden comer o beber al menos 12 g de lactosa (la cantidad que contiene un vaso de leche, aproximadamente) sin presentar síntomas o teniendo solo síntomas menores. Incluso esta cantidad podría ser mayor si se hacen pequeñas ingestas a lo largo del día o si se toma en las comidas.